
Uno de los argumentos más repetidos por los activistas veganos es que “se
cultivan demasiados cereales, pastos y henos para alimentar animales de
granja, y que esos cultivos podrían usarse para alimentar a los humanos
directamente”. Esta afirmación, aunque popular entre influencers del
veganismo y pseudoexpertos de TikTok, está basada en una completa
ignorancia sobre el funcionamiento real del campo, la ecología agrícola y
las limitaciones físicas del planeta.
Terrenos que no sirven para cultivos humanos
La mayoría de las tierras dedicadas a la producción de alimento animal no
son, ni serán jamás, aptas para producir alimentos vegetales para consumo
humano. Hablamos de:
- Tierras de baja fertilidad, donde solo crecen pastos rústicos.
- Laderas, zonas montañosas o pedregosas que no pueden ser aradas ni
irrigadas para cultivar alimentos para humanos. - Tierras semiáridas o con climas extremos, donde solo es viable el
pastoreo extensivo o la producción de heno y silo. - Cultivos forrajeros no aptos para humanos, como variedades de maíz duro o
sorgo que no son comestibles para personas, pero sí para rumiantes.
Decir que estas tierras se podrían usar para cultivar lentejas, arroz o
zanahorias es simplemente absurdo. Si no se aprovechan para pasto o cultivo
forrajero, quedan inutilizadas. El ganado, sobre todo los rumiantes, es
precisamente la mejor forma de convertir la biomasa no comestible por
humanos en proteína y grasa de alta calidad nutricional.
¿Qué pasaría si se dejara de cultivar para alimentación animal?
Supongamos, por un momento, que mañana se prohíbe la producción de
alimentos para animales y se cierran todas las explotaciones ganaderas del
mundo. Las consecuencias serían catastróficas:
- Muerte masiva de animales de granja
Según la FAO, hay más de 30.000 millones de animales de granja en el mundo
(pollos, vacas, cerdos, cabras, ovejas). Sin alimento, en pocas semanas:
- Morirían de hambre cientos de millones de animales.
- El colapso sanitario sería inmediato: enfermedades, infecciones, y
animales agonizando por falta de cuidados. - ¿Liberarlos? No es viable. No sobrevivirían en libertad ni existe
ecosistema para recibirlos. Provocarían devastación ecológica si lo
intentaran.
- Crisis alimentaria humana
Las proteínas completas y biodisponibles consumidas a nivel mundial son de origen animal. Si
desaparecen:
- Más de 3.000 millones de personas verían comprometido su acceso a
proteína de calidad. - Habría hambrunas masivas, sobre todo en países pobres que dependen de la
ganadería para subsistir. - La sustitución vegetal no es viable ni sostenible, además no habría
fertilizantes derivados de subproductos animales.
- Colapso económico y migraciones
- Millones de granjeros, ganaderos, queseros y trabajadores del sector
quedarían sin sustento. - Las cadenas logísticas, rurales y de exportación colapsarían.
- Habría éxodos rurales masivos y migraciones forzadas.
- Cadáveres, plagas y contaminación
¿Qué se haría con los miles de millones de cadáveres de animales muertos
por inanición? El volumen sería tan grande que:
- Se saturarían los sistemas de incineración y enterramiento.
- Se generaría una crisis sanitaria sin precedentes por proliferación de
plagas, bacterias y enfermedades zoonóticas. - El agua y los suelos se contaminarían por lixiviados de los cuerpos en
descomposición.
En paralelo, el aumento de enfermedades humanas por desnutrición, falta de
vitamina B12, hierro hemo y DHA provocaría muertes humanas por millones en
los años siguientes. Esto no es una exageración: los sistemas inmunológicos
debilitados y el colapso de los sistemas sanitarios provocarían pandemias y
caos civil.
Un ecologismo mal entendido que mata
El veganismo de salón, el de quienes nunca han pisado una granja ni han
sembrado un tomate, pretende imponer un modelo agrícola imposible. Ignoran
que:
- La ganadería tradicional y regenerativa mejora suelos, conserva pastos y
almacena carbono. - La simbiosis entre cultivos y animales es milenaria y parte de todos los
sistemas sostenibles verdaderamente resilientes. - Lo que ellos llaman “comida para animales” es en realidad biomasa
incomestible para humanos que se transforma en nutrición real.
Conclusión
El argumento vegano de que podríamos alimentar a todos los humanos con los
cultivos que hoy van a los animales es una falacia peligrosa. No solo
demuestra desconocimiento agronómico, sino que, llevado a la práctica,
implicaría la muerte de miles de millones de seres vivos —animales y
humanos—, una crisis humanitaria sin precedentes y una devastación
ecológica real.
Detrás del discurso ético, se esconde una ideología ignorante, desconectada
del campo y del mundo real.