
Durante años, las redes sociales han sido invadidas por una narrativa
engañosa: la figura del “vegano musculoso”, un supuesto ejemplo viviente de
que se puede ganar masa muscular extrema sin consumir productos animales.
Estos modelos veganos —generalmente influencers o atletas de nicho— son
usados como herramientas de propaganda para convencer a la población de que
una dieta basada exclusivamente en plantas puede sostener altos niveles de
fuerza y masa muscular.
Nada más lejos de la realidad.
¿De dónde sale la proteína?
La dieta vegana estricta carece de proteínas completas en cantidades
adecuadas. A pesar de ello, estos “influencers verdes” muestran físicos más
cercanos al culturismo clásico que a la biología humana adaptada a plantas.
¿Cómo lo logran?
La respuesta está en la trampa: suplementos proteicos y medicamentos
anabólicos no regulados.
Suplementos “naturales” que no lo son
Una investigación publicada por la FDA en Estados Unidos [1] advierte que
decenas de suplementos deportivos etiquetados como “naturales” contienen
sustancias farmacológicas no aprobadas o directamente ilegales, como SARMs
(moduladores selectivos del receptor androgénico), prohormonas o incluso
esteroides sintéticos. Muchas marcas utilizadas por deportistas veganos, al
ser de origen vegetal, se comercializan con alegatos de salud que eluden
los controles sanitarios más estrictos.
En Europa, el problema es aún más grave: no existe una regulación común
efectiva sobre suplementos deportivos. Muchos productos se venden
libremente por internet sin trazabilidad ni estudios clínicos. El
resultado: atletas que se dopan legalmente con productos que parecen
saludables porque vienen en frascos verdes con la palabra “plant-based”.
¿Qué pasa sin esos suplementos?
La verdad incómoda es que sin estos productos dopantes o hiperprocesados,
ningún vegano musculoso mantendría ese físico. Las dietas veganas
estrictas, por su propia naturaleza, no pueden ofrecer:
- Una cantidad óptima de leucina, el aminoácido esencial clave para el
crecimiento muscular. - Colesterol suficiente (vital para la producción de testosterona endógena).
- Creatina, carnitina y taurina en cantidades significativas (sólo
disponibles en alimentos animales).
Cualquier culturista honesto te dirá que un cuerpo grande necesita más que
carbohidratos y soja.
El silencio cómplice de las redes
¿Por qué nadie dice nada? Porque el mito del vegano musculoso vende libros,
cursos, suplementos y afiliaciones a marcas. Influencers y empresas lucran
con cuerpos artificiales obtenidos con sustancias ilegales o no declaradas,
y venden la idea de que cualquier joven puede lograrlo solo comiendo
lentejas y avena. Es un fraude de marketing.
Conclusión: no es músculo vegano, es marketing con esteroides
La imagen del vegano musculoso es una construcción comercial. Detrás hay
suplementos sin regular, sustancias farmacológicas ocultas y un enorme
aparato publicitario. No es salud, es negocio. Y lo más peligroso:
promueven expectativas irreales que pueden poner en riesgo la salud de
miles de jóvenes que caen en esta mentira.
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Fuentes recomendadas para profundizar:
- FDA, Public Notification of Dietary Supplements Found to Contain Hidden
Drugs and Chemicals - European Commission, Regulation of Food Supplements and Botanicals in
the EU - Cohen, P. A., Hazards of Hype: Dietary Supplements and Misleading
Marketing, New England Journal of Medicine.